Entre San Polo y San Saturio, junto al Duero, transcurre el itinerario machadiano más poético de la ciudad de Soria. La ermita, barroca, fascina por alzarse sobre una cueva y como colgada en la ladera pétrea del monte de Santa Ana.
(*) Precio por persona y noche calculado en base a la tarifa vigente en fin de semana y temporada baja.
Ermita de San Saturio. Los álamos y chopos del amor machadianos acompañan al caminante una vez que, dejado el coche en el aparcamiento, cruza por el túnel del antiguo monasterio templario de San Polo y pasa bajo el puente ferroviario que Gabinete Caligari plasmó en su Cd "Camino Soria". Chopos y álamos que, como cantara Antonio Machado, "tienen en sus cortezas grabadas iniciales que son nombres de enamorados, cifras que son fechas..."
La actual ermita sustituye a una anterior, medieval. Se dice que en la gruta vivió y oró un ermitaño visigodo, San Saturio, patrono de la ciudad y al que se le festeja cada 2 de octubre ("haga frío o calor, San Saturio el día dos".
La ermita es barroca, de finales del s. XVII y está dividida en diversas estancias. En la entrada el turista cruza la primera de las grutas hasta la sala del Cabildo de los Heros. A partir de ella se sube por unas estrechas escaleras pronunciadas que permiten ver
la estancia museística y otra con cuadros pictóricos con escenas del Génesis. Hay también, escaleras arriba, un espacio en el que una lápida rememora la tumba del ermitaño y hay, en una oquedad, una virgen en cuyo ropaje se esconden alfileres que las
mozas buscan y si localizan uno, dícese que encontrarán buen novio y marido.
Una sacristía es la siguiente sala y seguidamente se encuentra la capilla ochavada con sus pinturas barrocas y cupulilla. Muchos novios escogen casarse aquí y los grandes triunfos deportivos en el campo de fútbol del Numancia también quedan refrendados en esta sacristía en misa de acción de gracias. Y claro, muchos lectores y lectoras de la obra poética de Antonio Machado igualmente la tienen como enclave muy querido.